La inocencia infantil llevada a situaciones límite que escapan de su comprensión. Víctor Araque ilustra El código del ciempiés, una novela gráfica de la que, dice el iliturgitano, es su proyecto editorial más 'personal' y libre creativamente. Son 120 páginas a todo color, con guion de Joaquín Rosado y coloreadas por Rocío Estepa. Gregory, Seth, “Lechón” y Prudence son un grupo de amigos con un peculiar concepto de la camaradería. Siguen a rajatabla su propio código: una serie de estrictas normas garabateadas en un cuaderno, que regulan cualquier hipotética situación que puede darse cuando formas parte de una pandilla. Pero lo que comienza una tarde cualquiera como un inocente juego, desembocará en una situación dantesca: una serie de increíbles sucesos sacudirán su pequeño pueblo, despertándolo del letargo en el que vive inmerso. Este es el arranque de El código del ciempiés, una novela gráfica que acaba de ver la luz de mano de la editorial Edicions de Ponent en el que el dibujante iliturgitano Víctor Araque firma las ilustraciones. El guión corre a cargo de Joaquín Rosado Martel y Rocío Estepa Corredera es la colorista.
“El proyecto nació hace dos años de manos de este equipo creativo. Los tres nos conocíamos desde Granada, cuando cursamos Bellas Artes y la forma de trabajo ha sido muy participativa, todos hemos ido aportando ideas tanto para desarrollar escenas y situaciones, como su ilustración”, explica Víctor Araque. “Es mi primera novela gráfica como tal, ya que lo que he hecho anteriormente son series más cortas y colaboraciones”, detalla. De hecho, está a punto de ver la luz la cuarta parte de la serie La familia Newton, de la editorial Saure. “De hecho, este es también el libro más importante para mí porque es el más personal. Hemos hecho la historia que hemos querido y cómo la hemos querido”, apunta sobre este proyecto, en el que se ha volcado durante los últimos dos años. Y la editorial alicantina que ha publicado esta novela gráfica —“que cuenta en su catálogo con dos Premios Nacionales de Cómic”— les posibilitó esta libertad creativa. El resultado son 120 páginas a todo color. “Las primeras impresiones que nos llegan son bastante buenas”, afirma.
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