jueves, 10 de enero de 2013

Christopher Tolkien asegura que Peter Jackson destruyó el trabajo de su padre convirtiéndolo en una película de acción: 1º parte



Christopher Tolkien, albacea literario y editor de la mayor parte de la obra de su padre, J.R.R. Tolkien, tras la muerte de este, siempre ha sido tremendamente vigilante de su intimidad. Durante años rechazó cualquier aparición pública, conferencia de prensa o entrevista, pero hace unos meses, justo antes de volver a “levantar las barricadas” ante el estreno de la adaptación cinematográfica de ‘El Hobbit’ concedió una única entrevista al periódico francés Le Monde en la que habló acerca de su trabajo, la batalla legal que mantuvo con New Line Cinema y la pobre opinión que guarda sobre la versión de ‘El Señor de los Anillos’ para la gran pantalla pese a que catapultó la popularidad de las novelas.
La entrevista ha sido traducida ahora al inglés por Worldcrunch y aunque bien merece una lectura completa, permitidme destacar aquí algunos fragmentos

Sobre la venta de los derechos de ‘El Hobbit’ y ‘El Señor de los Anillos’ y el comienzo del boom

Para Tolkien, sus obras más conocidas tan solo eran una pequeña porción del vasto universo que había creado. En 1969, el autor vendió los derechos cinematográficos junto a los derechos para productos derivados de ‘El Hobbit’ y ‘El Señor de los Anillos’ a United Artists por 100.000 libras, una suma considerable para la época pero insignificante teniendo en cuenta su valor actual.
Esta cifra estaba destinada a permitir que los hijos del escritor pudieran pagar el impuesto de sucesiones tras su muerte, realmente elevados en aquel tiempo. Tolkien también temía que los cambios que estaban sufriendo las leyes de derechos de autor en EE.UU. perjudicasen a su legado, pero ‘El Señor de los Anillos’ se convirtió en un éxito arrollador especialmente en los EE.UU. convirtiéndose en un símbolo de la contra cultura.
El entusiasmo que despertó fue equivalente al de ‘Harry Potter’, y durante la guerra de Vietnam no era raro encontrar eslóganes como “Gandalf for President” (Galdaft para presidente) o “Frodo lives!” (¡Frodo vive!). El mundo de Tolkien ya formaba parte del imaginario popular, y por supuesto, lo sigue siendo. Durante la Guerra de Irak, grupos de izquierda volvieron a recurrir a la saga para transmitir su mensaje imprimiendo pegatinas con el texto “Frodo failed. Bush has the ring.” (Frodo ha fallado. Bush tiene el anillo).

Sobre el nacimiento de ‘El Señor de los Anillos’ y ‘El Silmarillion’

Tras la publicación de ‘El Hobbit’ en 1937 y su éxito de crítica y público, sus editores de Allen and Unwin empezaron a demandar una secuela con urgencia. Tolkien no quería hacer una continuación y en su lugar se había concentrado en narrar los tiempos más antiguos de su universo y el nacimiento de las principales razas con las que pobló la Tierra Media, ‘El Silmarillion’.
“Demasiado difícil” decretó el editor, que continuó persiguiendo a Tolkien hasta que finalmente claudicó aceptando escribir una nueva historia que terminaría siendo la primera piedra de ‘El Señor de los Anillos’. Pero Tolkien no se olvidó de ‘El Silmarillion’, y tampoco su hijo.
“Por extraño que parezca, yo crecí en el mundo que él creó. Para mí, las ciudades de ‘El Silmarillion’ son más reales que Babilonia”
Lo primero que recuerda haber sentido después de la muerte de su padre fue un sentimiento de gran responsabilidad. En los últimos años de su vida Tolkien había empezado a trabajar de nuevo en ‘El Silmarillion’, tratando en vano de poner orden en la narración después de que la redacción de ‘El Señor de los Anillos’ produjese algunos anacronismos y discrepancias tras tomar prestado algunos elementos de la mitología previa.
“Tolkien no pudo hacerlo”, asegura la mujer de su hijo, Baillie, quien trabajó durante un tiempo como la asistente del escritor. “Se empantanó en detalles cronológicos, lo reescribió todo, se hizo cada vez más complicado”. Entre padre e hijo, se entendía que Christopher se ocuparía de la tarea si el escritor moría sin haberlo terminado.

Sobre el trabajo de Christopher en ‘El Silmarillion’

El hijo de Tolkien, ahora con 87 años de edad, recibió tras la muerte de su padre 70 cajas con miles de páginas inéditas, cuentos, poemas, y cartas y más cartas, todo en un desorden espantoso sin fechas o números de página y muchos de ellos manuscritos con una letra casi indescifrable. Todos estos archivos guardados sin orden ni concierto en las cajas eran un tesoro, pero uno que llevaría otra vida desenterrar.
“Él tenía la costumbre de viajar entre Oxford y Bournemouth, donde se quedaba a menudo”, relata Baillie Tolkien. “Cuando se iba, llenaba el maletín que siempre llevaba con él de papeles. ¡Al llegar, los sacaba todos, cogía cualquier hoja al azar y empezaba por ahí!”
En este revoltijo no sólo se encontraba ‘El Silmarillion’, sino también completas versiones de toda clase de leyendas apenas vislumbradas en ‘El Hobbit’ y ‘El Señor de los Anillos’. Fue entonces cuando Christopher dimitió de su trabajo en el New College de Oxford donde se había convertido en profesor de Lengua inglesa para concentrar todos sus esfuerzos en la edición de la obra de su padre.
Primero en Inglaterra y luego en Francia, Christopher volvió a montar las piezas de ‘El Silmarillion’ haciéndolo más coherente, añadiendo relleno aquí y allá, y terminando con su publicación en 1977 no sin cierto remordimiento.
“Mi primer pensamiento es que el libro era bueno, pero algo falso, en el sentido de que había tenido que inventar algunos pasajes”, explica, llegando incluso a tener algún que otro mal sueño al respecto. “Yo estaba en la oficina de mi padre en Oxford. Entró y empezó a buscar algo con gran ansiedad. Entonces me di cuenta con horror que se trataba de ‘El Silmarillion’, y yo estaba aterrorizado ante la idea de que iba a descubrir lo que había hecho.”

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